viernes, 2 de julio de 2010

Joven criada por homosexuales cuenta su experiencia

Una canadiense, criada por homosexuales, ahora se dedica a ayudar a otras personas que viven la misma situación y a pedir a los gobiernos del mundo que protejan el matrimonio entre hombre y mujer, reportó Escuela Virtual para Padres este mes, según informe de ACI, 12 de octubre en forumlibretas.org

Dawn Stefanowicz, quien vive en Ontario, con su esposo y dos hijos,en la actualidad prepara su autobiografía y tiene un sitio web http://www.dawnstefanowicz.com/ en donde ha recopilado una investigación de casos como el de ella, sus traumas, luchas y finalmente, sus éxitos, ofreciendo consejos e información para otras personas que llevan estas heridas, que ella no desea para nadie.

En su relato, Stefanowicz explica cómo en su infancia estuvo expuesta a comportamientos de alto riesgo de su padre por intercambios con numerosos compañeros gays, playas nudistas, enfermedades de transmisión sexual debido al abuso sexual y falta de afirmación en su feminidad.

“Llegué a preocuparme profundamente, a amar y entender con compasión a mi padre quien compartía conmigo lo que lamentaba de la vida. Desgraciadamente, siendo niño unos adultos abusaron sexualmente de él. Debido a esto, vivió con depresión, estallidos de rabia, tendencias suicidas y compulsión sexual. Intentaba satisfacer su necesidad y vacío por el afecto y atención de su padre, con relaciones promiscuas y transitorias. Los ex compañeros de mi padre, a los que traté y llegué a apreciar, vieron sus vidas drásticamente acortadas por el Sida y el suicidio. Tristemente, mi padre murió de Sida en 1991” , recuerda.

Dawn, vivía atemorizada porque su padre no le permitía hablar de sus relaciones y encuentros, tenía que vivir según sus reglas. “Amaba a mi padre, pero me sentía abandonada y despreciada porque mi padre me dejaba sola a menudo para estar varios días con sus compañeros. Fui perjudicada por el maltrato doméstico homosexual, las tentativas sexuales con menores y la pérdida de compañeros sexuales como si las personas fueran sólo cosas para usar. Busqué el amor de mi padre y consuelo en diversos novios a partir de los 12 años”, sostiene.

“Desde pequeña, fui expuesta a charlas sexualmente explícitas, al hedonismo, lugares de vacaciones gay, a manifestaciones y demostraciones de sexualidad de todo tipo, incluyendo travestismo, sodomía, pornografía, nudismo gay, lesbianismo, bisexualidad, voyeurismo, exhibicionismo y sadomasoquismo.

Las drogas y el alcohol contribuían a disminuir las inhibiciones en las relaciones de mi padre. Le gustaba vestir unisex y los aspectos de género-neutro. Yo no veía el valor de las diferencias biológicamente complementarias entre hombre y mujer, ni creía en el matrimonio. Hice votos de nunca tener hijos, por la falta de un ambiente de hogar seguro...,“ señala.

“Más de dos décadas de exposición directa a estas experiencias me produjeron inseguridad, depresión, pensamientos suicidas, miedo, ansiedad, baja autoestima, insomnio y confusión sexual. Mi conciencia y mi inocencia fueron seriamente dañadas. Fui testigo de que todos los otros miembros de la familia también sufrían”, sostiene Stefanowicz.

Después de ser forzada a aceptar relaciones inestables y prácticas sexuales diversas desde muy niña, asegura: “Mi sanación implicó mirar de frente la realidad, aceptar las consecuencias a largo plazo y ofrecer perdón.

“Los niños serán las víctimas reales y los perdedores de las uniones legales del mismo sexo. ¿Qué esperanza puedo ofrecer a niños inocentes sin voz? Gobiernos y jueces deben defender el matrimonio entre hombre y mujer y excluir todos los otros, por el bien de nuestros niños”, concluye.

Estos testimonios reales, deben servir para motivar a todos los legisladores a establecer en nuestra Constitución, que el matrimonio es entre hombre y mujer para proteger a nuestros hijos.



Fuente: http://www.exgaylatinoamerica.com/nopuedodejarelplacer.htm

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